Aunque parezca mentira, en la España de primeros del siglo XXI la administración de justicia no dispone de un software común que le permita acceder, desde cualquier parte del país, a la misma base de datos. Traspasar las fronteras regionales puede suponer la impunidad para cualquier delincuente, y ultimamente, hemos podido constatar en muchos casos , la necesidad de unificar esa información. Un ejemplo ha sido el de Mari Luz Cortés, la pequeña asesinada por un vecino buscado en otras regiones españolas por abusar de su propia hija, y circulando libremente por Andalucia, un caso que puso al descubierto los problemas que padecen los juzgados españoles

Lo primero que tendríamos que establecer para diseñar esa base de datos común sería el idioma en el que vamos a ir insertando la información en ella, ya que el idioma de consulta podria ser cualquiera y/o todos, eso no es lo problemático, la cuestión está en la inserción de los datos en origen.

Pero si a los cuerpos de seguridad se les exige redactar los informes en su idioma regional y los juzgados emiten la documentación también en su idioma, tenemos que llegar a la conclusión de que para ejercer como policia, bombero, juez o abogado en cualquier parte del territorio español sería necesario conocer perfectamente los siete idiomas regionales. Y no vale aquí hablar de traductores, la comunicación entre juez y abogado, entre abogado y juez ha de ser fluida y en el primer caso secreta. Claro que para los bomberos o policias simpre podríamos inventar algún aparatito de traducción simultánea que, en un momento de urgencia o catástrofe, pudiese solucionar una conversación telefónica.

¿exageración? ¿ciencia ficción? Ya veremos, de momento empezamos a hablar en Europa con traductor tres años han tardado en conseguir su propósito